La calidad educativa es una de las expresiones más utilizadas

actualmente en el ámbito educativo, como punto de referencia
que justifica cualquier proceso de cambio o plan de mejora. 
En este contexto, la eficacia y la eficiencia son sus dos 
pilares básicos.




¿Qué es Calidad Educativa?


"El enfoque sociocultural nos conmina a mirar más allá de lo evidente,
 a situar las acciones humanas en su contexto histórico, y a examinar las 
condiciones que llevan a la producción de conocimientos. Sólo desde
 una óptica que presuponga lo dicho  como sustrato de las producciones 
humanas podemos interrogar el significado de las palabras y las 
representaciones de la realidad que expresamos en conceptos. 
Desde otra mirada resulta difícil cuestionar el concepto 
calidad en su aplicación al ámbito educativo".





El mismo examina la manera en cómo la calidad educativa es concebida y expresada desde el paradigma humanista, el paradigma conductista y el paradigma crítico. 

Plantea que cada aproximación llevará a observar indicadores distintos para determinar si la calidad está presente en el sistema y en qué niveles. 

En otro sentido, también es importante reconocer que la literatura sobre el tema de calidad se ha tornado muy especializada y se establecen diferencias entre los niveles iniciales, intermedios, superiores y universitarios con respecto al énfasis en los indicadores de calidad. No se justifica, por lo tanto, dar por sentado un solo significado, más aún si ese significado parece desconocer la dimensión sociohistórica del concepto y lo presenta como una categoría natural, acabada e indiscutible. 

Podemos argumentar que esto es lo que ocurre con la definición de calidad que nos presenta la versión electrónica vigente del Diccionario de la Lengua Española al definir la calidad como la propiedad o el conjunto de propiedades inherentes a algo, de tal modo que permite juzgar su valor, al tiempo que la identifica con superioridad y excelencia.

Podemos comenzar a problematizar el concepto preguntándonos cómo se explica “la cualidad de inherente” que define la calidad, es decir, de dónde y cómo surge. 

¿Quién o quiénes crean los criterios mediante los cuáles luego se juzgará su valor? 

¿Qué mecanismos y procesos se utilizarán para determinar la superioridad y la excelencia y con qué consecuencias? 

Estas preguntas parecen estar ausentes en el tratamiento que comúnmente se da al tema de calidad educativa.  

Todos deseamos instituciones que brinden servicios “de calidad”, aunque es difícil que nos estemos refiriendo a lo mismo cuando lo decimos. Se trata de un concepto que tiene múltiples significados, y que sus causas y efectos trascienden por mucho el trabajo cotidiano en las aulas.

De las definiciones que podemos dar sobre la calidad en la educación, todas proponen un recorte de la realidad, acentuando algunos aspectos y olvidando otros. Podemos centrarnos en los procesos áulicos, en las relaciones que se dan dentro de la institución educativa, en algunos parámetros, como los de la deserción, de repitencia, de las evaluaciones de calidad educativa etc.

Ante esta alternativa, ¿podemos dar una definición que sea aceptada por todos?, es necesario reconocer la naturaleza política de cualquier definición –dicho esto en el sentido que afecta a múltiples intereses de cada uno-, por lo que esa visión debe ser alcanzada mediante un debate democrático en cada institución.

Entonces, ¿para qué es necesario una definición?, tal vez lo oportuno no sea  “dar en la tecla”, sino la búsqueda misma de la definición, si la naturaleza es política, y pone en juego los intereses personales de diversos sectores y  hasta familias, esta debe ser buscada en cada institución, mediante la participación de todos los interesados, para que luego se sientan comprometidos  en su búsqueda.



Ciertamente la calidad se relaciona más con los saberes y competencias adquiridas por los alumnos que con las acreditaciones, dicho de otra manera ¡de nada sirve tener buenas notas si no se sabe!, entonces, si nos ocupamos de las competencias y saberes de los jóvenes, tenemos un problema que tiene múltiples dimensiones.




Para responder a estas preguntas hay que optar por la lógica de la problematización que nos propuso Freire (1972) como método, la cual implica indagar un tema controvirtiéndolo.

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Resultado de imagen para quien es Freire



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Paulo Reglus Neves Freire fue un educador y experto en temas de educación, de origen brasileño. Uno de los más influyentes teóricos de la educación del siglo XX.Wikipedia
Fecha de nacimiento19 de septiembre de 1921, Recife, Pernambuco, Brasil
CónyugeElza Freire (m. 1944–1986), Maria Freire (m. ?–1997)

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Esta lógica, congruente con el enfoque históricocultural, resiste lanaturalización de los hechos humanos e insiste en la identificación de sus raíces históricas y socioculturales.


Este método ha sido fundamento y herramienta de la pedagogía crítica, cuya pertinencia en el actual momento histórico no puede ser suficientemente enfatizada (Rodríguez-Arocho, 2009).



Qué implica hablar de calidad educativa.

 "Calidad" 

Es un concepto complejo que incluye la dimensión material (como el nivel de inversión y la infraestructura), los aspectos vinculados con los contenidos, los aprendizajes de los estudiantes y los criterios de evaluación del sistema educativo.

Calidad educativa es un concepto polisémico, por lo que resulta imperativo organizar las dimensiones que forman parte de esta formulación. La calidad de una propuesta educativa incluye aspectos estructurales vinculados a los recursos que se invierten para hacerla posible (porcentaje de la inversión en educación en el país o en cada jurisdicción) y al nivel de los salarios que perciben quienes se hacen cargo de la tarea de dirección y enseñanza en las instituciones (salarios básicos, sistemas de adicionales al salario, etcétera). 

En esta dimensión estructural, también hace a la calidad de un sistema de enseñanza la normativa que rige el acceso y el ascenso de los docentes, las calificaciones requeridas al ingreso y durante la trayectoria laboral. 

Otros aspectos materiales que describen la calidad educativa hacen al funcionamiento de los edificios escolares: toda vez que hay condiciones no garantizadas en este sentido hay dificultades para sostener los días de clase o el trabajo de enseñanza. Cuántos estudiantes habrá por curso depende del espacio físico además de las decisiones organizativas que se tomen para armar los agrupamientos. 

Todavía tenemos establecimientos que no tienen gimnasios o espacios libres para la realización de actividades recreativas o deportivas. 

Esto claramente define el tiempo y espacio disponible para el deporte. 

Luego hay aspectos relativos al contenido de la propuesta, la currícula (su obsolescencia o su actualización determinan el marco conceptual de lo posible de ser enseñado) y las tecnologías de enseñanza (aquí podemos considerar desde el acceso a materiales bibliográficos hasta el uso de TIC).  

Los aprendizajes de los estudiantes también son una de las dimensiones de la calidad educativa –en general es la única que suele asimilarse directamente al concepto–. 

Ellos a su vez están condicionados por todo lo enunciado anteriormente. 

Qué evaluar y cómo tiene también su complejidad. Si describimos ampliamente la calidad educativa también es necesario pensar dispositivos que mensuren todas las dimensiones anteriores: habría que evaluar políticas, programas, instituciones y sujetos (docentes y estudiantes), y hacer comparaciones entre países tomando un conjunto de indicadores, no uno solamente. 

Muchas de las dificultades que tienen los estudiantes para aprobar o promover también están explicadas por el escaso conocimiento que tienen de los criterios de evaluación que utilizan los docentes, de los períodos de exámenes y de recuperatorios, también por los niveles de dificultad de algunos temas o modos de indagación sobre sus saberes.

En los últimos años se avanzó en centrar la mirada sobre los aspectos pedagógicos de los recursos que llegan a las escuelas (programas, planes de mejora institucional), de manera de sortear la dicotomía contención-calidad. Ver esos resultados demandará tiempo porque todavía faltan herramientas conceptuales y operacionales para mejorar las tecnologías de enseñanza. Es decir, para que las netbooks sean bien aprovechadas deberían generar vínculos relevantes con el conocimiento, igual que los libros. El solo hecho de que los recursos estén no quiere decir que haya “usos que agreguen valor”. 



Creo que la discusión sobre los modos de evaluación debe instalarse en las escuelas y entre los docentes para poner sobre la mesa criterios y objetivos institucionales sobre el aprendizaje de los estudiantes. De acuerdo con muchos docentes y equipos directivos, todavía persisten marcos individuales que no dialogan con ámbitos más colectivos, y suelen asumirse compromisos que luego no se respetan. Todavía no separamos calificación de sanción por motivos disciplinarios: ese es uno de los problemas.