Preguntas relacionadas
¿Qué es la calidad educativa para la Unesco?
¿De qué depende la calidad de la educación?
La calidad de la educación tiene que ver esencialmente con cómo funciona
la escuela y el aula, es decir, de los procesos didácticos o pedagógicos. Obviamente,existe una relación de causa-efecto entre los procesos y los resultados. De modo que lo que se hace en la escuela y en el aula es determinante en los resultados, a saber, en el rendimiento estudiantil, en el aprendizaje de los alumnos.
Numerosos estudios hechos en Venezuela y también en otros países, han
demostrado una y otra vez que uno de los pilares para mejorar la calidad de la educación en las escuelas son los propios directores, entendiendo por directores no las personas que ejercen formalmente ese cargo, sino un equipo de personas, generalmente sin responsabilidades de aula, tales como sub-directores, coordinadores pedagógicos, entre otros.
Se sabe que cuando las escuelas funcionan bien, es decir, cuando garantizan buenas clases y aprendizajes de buena calidad para todos los alumnos que en ellas estudian, los directores están detrás de una serie de factores que explican ese buen funcionamiento. Hay que insistir en que esa calidad debe beneficiar siempre a todos los alumnos, independientemente de su origen social, de su situación familiar y de sus diversas personalidades, vocaciones y talentos. No es suficiente que las escuelas o los colegios garanticen que unos pocos alumnos se destaquen y tengan mucho éxito
en su vida extraescolar, ya sea en sus estudios universitarios o en otras actividades en la sociedad. Lo que caracteriza una escuela de calidad es que los aprendizajes sean de buen nivel en todas las áreas, y que esos aprendizajes beneficien a todos los alumnos de la escuela.
En la actualidad, es frecuente ver diagnósticos sobre la educación en Venezuela, que, en términos de calidad, presentan situaciones muy preocupantes. En general, nadie duda de que ha habido grandes progresos en términos de cobertura y hoy estudian muchos más niños que hace 40 ó 50 años. Y también es verdad que esa mejora en la cobertura ha sido una constante casi permanente de año en año desde el inicio del período democrático en 1958. El progreso en cobertura ha sido pues un logro de nuestra sociedad, gracias a la continuidad en las prioridades de casi todos
los gobiernos. De modo que el reto que enfrenta nuestro país y, más particularmente, nuestro sistema educativo, es el de la verdadera inclusión.
En efecto, para que un sistema educativo sea realmente inclusivo requiere
de dos cosas que deben ir juntas, adicionales a la mejora continua de la cobertura.
Esas dos cosas son calidad e igualdad. Porque lo que se desprende de la mayoría de los diagnósticos es que existe una baja calidad en nuestro sistema educativo, en el sentido de que no aporta los aprendizajes socialmente requeridos y solicitados por nuestra sociedad, y que, además, existe una gran desigualdad en la distribución de la calidad. Es decir, hay grupos de escuelas donde la calidad es muy superior a la de otros grupos de escuelas.
contra la razón de ser del sistema educativo y de la propia escuela que es la de garantizar la igualdad de oportunidades.
Para mejorar la calidad de las escuelas hay que hacer que los alumnos estén
bien atendidos, se sientan bien en su escuela y aprendan de manera óptima lo que necesitarán para su vida en la sociedad. Necesitan pues una escuela en la que se viva en un ambiente agradable pero exigente, en el que los docentes y directivos garanticen un bienestar colectivo, en un clima de respeto mutuo, de tolerancia ante lo diverso y de no tolerancia ante la agresividad y la violencia. Los docentes deben ser excelentes profesionales, capaces de motivar y llevar a sus alumnos hacia temas nuevos, que generen curiosidad y produzcan muchos aprendizajes valiosos y duraderos.
Esa es pues una primera propuesta al país: Diseñemos un sistema educativo
con abundantes buenos directores y equipos de dirección en nuestras escuelas. Es una propuesta relacionada con la gerencia del sistema educativo. Y empezamos por la gerencia escolar que es la más cercana a la razón de ser de la educación: los alumnos.
Gerencia del sistema educativo: Buenos directores de
planteles escolares
Una medida de políticas públicas en educación debería ser iniciar y desarrollar
un sistema de selección y formación de directores de planteles escolares de todos
los niveles. Se trata de que los directores seleccionados aprendan cómo pueden sus
escuelas llevar a cabo procesos satisfactorios de cambio que incrementen el desarrollo
de todos los alumnos mediante la optimización de los procesos de enseñanza y
aprendizaje y de las estructuras organizativas del centro, y aplicar ese conocimiento a
una mejora real de la escuela. De ese modo se orienta acerca de “a dónde ir” (eficacia)
y “cómo ir” (mejora).
Esto, además, da una pista concreta para diseñar políticas públicas que apunten
hacia una mejora de la calidad de la educación, medida por indicadores aceptados
nacional e internacionalmente, con un punto de arranque y de impacto relativamente
rápido. Y ese punto de arranque podría ser un programa de formación de
directores, basado en lo que se sabe sobre cómo lo hacen los directores de escuelas
eficaces, y destinado a todos los directores de escuelas oficiales de Venezuela.
Algunas preguntas pueden surgir: ¿Hay que formar a todos los directores?
¿Qué otras condiciones se requieren para mejorar la calidad de la educación?
Con respecto a la primera interrogante la respuesta es afirmativa. Por al menos
dos razones. La primera es que la experiencia indica que la mayoría de los directores
de escuelas oficiales en Venezuela son nombrados y asumen el cargo sin ninguna
preparación previa. La segunda es que, en el caso de que algunos de ellos hayan estudiado
algún postgrado, estos por lo general no están adaptados a las realidades que
enfrentan y no aportan suficiente especialización a los directores que los cursan.
En cuanto a la segunda pregunta, por supuesto que la formación de directores
no es la única política educativa que se requiere para mejorar la calidad de la
educación. Estudios mundiales sobre cómo lo hacen los sistemas educativos con
mejores resultados, en PISA por ejemplo, apuntan en primer lugar al docente. Pero
también mencionan como elemento clave mejorar las competencias profesionales de
los directores.
Orientaciones para seleccionar temas y modos de formación
de directores
Estas orientaciones pretenden fungir como definiciones y bases conceptuales
esenciales en las que se fundamenta todo el plan de formación de directores. Equivalen
a los axiomas que es necesario aceptar para comprender la orientación y las
propuestas operativas del plan.
El eje es la escuela
- La escuela debe ser el eje articulador y beneficiario de las innovaciones para
mejorar la calidad de la educación. Pero para ello es necesario que sea también la
escuela la institución responsable del proyecto que concibe, ejecuta y evalúa la pertinencia
de las innovaciones.
- No se cambia una organización por decreto. Tampoco puede esperarse que
se produzca un cambio espontáneamente desde la base. Se requiere mucha consistencia
y articulación, y sobre todo negociación permanente entre la base y las estructuras
rectoras para concebir y ejecutar los cambios.
- La escuela es el espacio para construir la sociedad que queremos pero que no
tenemos. Es donde podemos promover estilos y modos de convivencia social, basados
en normas aplicadas sistemáticamente y en un sistema de valores.
Las escuelas eficaces tienen directores eficaces
-Trabajar con directores es fundamental para lograr eficacia en las escuelas.
En estudios comparativos entre escuelas eficaces y escuelas “tipo” se ha establecido
como diferencia fundamental la gestión del director.
-Los resultados de la mayoría de estas investigaciones indican que el director
es en buena parte responsable de la eficacia, y se tiene bastante precisión acerca de
las funciones que ejerce un buen director para organizar su escuela de manera productiva.
-La formación de directores debe estar orientada, en parte, por las funciones
que, en realidad, ejerce un director eficaz. Los resultados obtenidos por los estudios
acerca de la organización y la gestión de las escuelas eficaces constituyen un “menú
de alternativas” para la formación de los directores.
-No es posible pretender que inyectar ese conjunto de actividades de los directores
eficaces en un conjunto de talleres, sea suficiente para que los directores
“típicos” se transformen en directores eficaces.
-De lo anterior surge una opción: que los cambios y transformaciones sean
diseñados y ejecutados por los actores de la escuela, encabezados por los directivos
y para esto se puede recurrir a la modalidad de proyectos escolares, teniendo como
referencia la gestión de los directores eficaces.